Estrategias
Estrategias básicas para relacionarse con niños (desde el nacimiento hasta los 3 años) con ceguera o deficiencia visual
Los niños ciegos o con deficiencias visuales aprenden a conocer el mundo de forma diferente. He aquí diez estrategias para ayudar a proveedores y cuidadores a establecer relaciones de confianza con estos niños. Garantizar interacciones positivas es clave para ayudar a los niños a convertirse en aprendices activos y fomentar su independencia. Para más información, haga clic AQUÍ.
Experiencias multisensoriales no visuales para niños con discapacidades múltiplesLa visión es un sentido motivador. Por lo tanto, cuando un niño tiene una discapacidad visual, los profesores deben ofrecerle experiencias que utilicen sus otros sentidos para aumentar su compromiso, su participación y su desarrollo conceptual. Para más información, haga clic AQUÍ (próximamente).
Hablar el lenguaje de las manos a las manos
Este documento examina la importancia de las manos para la persona sordociega, revisa el desarrollo de las manos e identifica las habilidades específicas de enseñanza que facilitan el desarrollo de las manos y la expresividad en las personas sordociegas. Señala que las manos de una persona sordociega sirven no sólo como herramientas, sino también como órganos de los sentidos (para compensar su falta de visión y audición) y como el principal medio de expresión. Para más información, haga clic AQUÍ.
Instrucción de mano sobre mano y mano bajo mano para bebés ciegosSi tu hijo tiene una discapacidad visual, puede utilizar los sentidos del tacto, el oído y el olfato para obtener información que los niños con visión normal recogen visualmente. Para ayudarle a aprender sobre el mundo y las cosas que hay en él, intenta involucrar todos sus sentidos cuando estés hablando con él y explicándole algo nuevo. Para más información, haz clic AQUÍ (próximamente).
SupermercadoA mi hija Serena le encantan nuestros viajes semanales al supermercado. Su diversión empieza fuera de la tienda, donde elige la cesta adecuada para sentarse. Luego hacemos que se abran las puertas automáticas. A un niño esto debe parecerle una especie de magia, que le abre las puertas a un interesante mundo de olores, sonidos, sabores, personas y, desde el punto de vista de los padres, oportunidades de aprendizaje. Serena tenía tres años cuando empezamos nuestra rutina en el supermercado. Puedes adaptar tus «lecciones» al nivel de edad de tu hijo. Para más información, haz clic AQUÍ (próximamente).
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